¿Tiene problemas del corazón? Entonces, cuidado con lo que come. (For Spectrum Health Beat)

Una dieta rica en proteínas puede ser contraproducente para la gente con mayor riesgo a padecer enfermedades del corazón—aumentando también las probabilidades de subir de peso y muerte prematura, según un nuevo estudio.

Sustituir carbohidratos y grasas con proteína es promovido como una alternativa rápida para bajar de peso. Pero este estudio longitudinal español de adultos encontró que estas dietas altas en proteína—piense en Atkins y South Beach, por ejemplo—pueden ser dañinas.

Cuando la proteína sustituye a los carbohidratos, por ejemplo, el plan alimentario estuvo vinculado con un riesgo mayor al 90% de aumentar en peso hasta más de un 10% además de un riesgo de hasta 59% a morir por cualquier causa, según los hallazgos de los investigadores.

Cuando la proteína remplaza grasas, el riesgo de muerte aumento 66% indicaron los investigadores. “Estos resultados no apoyan la adopción generalizada de dietas altas en proteínas como una buena estrategia para bajar de peso,” dijo la investigadora principal, Monica Bullo, del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili en Reus, España.

“La seguridad y eficacia a largo plazo de estas dietas merecen mayor atención,” añadió. Aun cuando, el estudio revelo una asociación entre proteína dietética, pérdida de peso y tasa de mortalidad, no tiene un vínculo de causa-efecto.

La Dra. Bullo no está segura por qué las dietas altas en proteína podrían promover el aumento de peso. Pero su conexión a la muerte prematura es un poco más clara, dijo, destacando que la ingesta excesiva de proteína está relacionada con enfermedades renales, cambios en los efectos  de la insulina y glucosa, y cambios en la grasa en la sangre.

Los investigadores analizaron datos de un estudio patrocinado por el gobierno de más de 7,000 hombres y mujeres.

Los participantes, todos mayores de 55 años de edad y sin historial previo de enfermedades cardiacas, fueron encuestados para evaluar su ingesta de proteína a lo largo de cinco años. Todos padecían diabetes tipo 2 y tres o más factores de riesgo: fumar, presión alta, niveles de colesterol anormales, sobrepeso u obesidad, e historial familiar de enfermedad cardiaca prematura.

Los resultados del estudio fueron presentados este viernes en el Congreso Europeo Contra la Obesidad en Praga, Republica Checa. Las investigaciones presentadas en estas reuniones generalmente son consideradas preliminares hasta que son publicadas en revistas médicas revisadas por pares.

Los investigadores estadounidenses no parecieron sorprendidos por los resultados. Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología en la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que las dietas altas en proteínas han generado interés porque suelen resultar en pérdida de peso a corto plazo, comparada con una dieta baja en proteínas, afirmó.

No obstante, estudios rigorosos y adicionales son necesarios para determinar si estas asociaciones pueden ser reproducidas,” dijo Fonarow. Samantha Heller, una experta en dietética clínica en New York University Medical Center en la ciudad de Nueva York, dijo que bajar de peso rápidamente que se resulta de las dietas altas en proteínas puede resultar atractivo.

“Las dietas altas en proteína resultan atractivas porque la gente siente que puede comer tocino, bistec, y carne de puerco cuantas veces quieran,” indico. Además, abstenerse de comer carbohidratos provoca pérdida de peso inicialmente porque son principalmente agua, dijo.

Pero las dietas ricas en proteína animal han sido relacionadas con un aumento en el riesgo a padecer enfermedades cardiacas, cáncer de colon y diabetes, añadió Heller.

“Los investigadores sugieren que la relacione entre la ingesta excesiva de productos animales y la salud pueden estar vinculadas a la manera en que se procesan las carnes, cómo las cocinamos, y cómo las utilizan nuestros cuerpos,” dijo.

Llevar dietas altas en proteína significa también menor consumo de alimentos saludables como las frutas, verduras, legumbres, y cereales, dijo Heller.

“En lo general, la investigación deja claro que una alimentación basada en plantas ofrece una gran variedad de beneficios, incluyendo menores riesgos a padecer enfermedades crónicas, mejor control de peso y corazones y cerebros más saludables,” concluyó.