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Incluso los refrescos de dieta pueden ser nocivos para su salud. (Para Spectrum Health Beat)

Las personas que consuman muchos carbohidratos procesados (como los refrigerios y los dulces) y bebidas azucaradas podrían enfrentarse a un riesgo más elevado de cánceres de mama y de próstata, sugiere un nuevo estudio.

Los investigadores dijeron que el estudio, que se reportó el martes en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición (American Society for Nutrition) en San Diego, no prueba que los carbohidratos “malos” provoquen cáncer.

Pero dado que los cánceres de mama y de próstata son dos de los tipos de cáncer más comunes en Estados Unidos, la conexión da a las personas más motivos para eliminar los alimentos procesados de sus dietas, apuntó la investigadora líder, Nour Makarem.

“La calidad de los carbohidratos de la dieta es importante por varios motivos”, apuntó Makarem, candidata doctoral en nutrición de la Universidad de Nueva York.

En general, los expertos en salud ya recomiendan limitar las bebidas azucaradas y los carbohidratos procesados, y comer más frutas, verduras, legumbres, granos enteros ricos en fibra y grasas insaturadas “buenas”.

Así que los nuevos hallazgos, que se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales, añaden más peso a ese consejo, señaló Makarem.

Apuntó, en particular, al vínculo que encontró su equipo entre las bebidas endulzadas con azúcar (tanto los refrescos como los jugos de fruta) y el riesgo de cáncer de próstata. En comparación con los hombres que nunca consumían bebidas azucaradas, los que las consumían unas cuantas veces por semana mostraban más del triple de riesgo de desarrollar cáncer de próstata.

Y esto fue tras tomar en cuenta otros factores, como la obesidad, fumar y otros hábitos de la dieta, dijo Makarem.

Pero es difícil descartar los efectos de los hábitos de dieta particulares sobre el riesgo de cáncer, apuntó Marji McCullough, directora estratégica de epidemiología nutricional de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).

“Pocos factores de la dieta, aparte del alcohol y/o la obesidad, se han relacionado de forma constante con el cáncer de mama postmenopáusico y el cáncer de próstata”, comentó McCullough.

La pregunta de si la calidad de los carbohidratos afecta el riesgo de cáncer, de forma independiente de la obesidad, es importante, según McCullough. Pero responderla también es “difícil”, dijo.

Los nuevos hallazgos se basan en casi 3,200 adultos de EE. UU., cuyos hábitos de dieta y tasas de cáncer se siguieron durante más de 20 años. En ese tiempo, se diagnosticó un cáncer a 565 personas.

A primera vista, una mayor ingesta de carbohidratos se relacionó con un riesgo más bajo de cáncer de mama. Pero el panorama cambió cuando se tomó en cuenta la calidad de los carbohidratos, anotó Makarem.

Dijo que las mujeres cuyas dietas enfatizaban los carbohidratos saludables (verduras, frutas, granos integrales y legumbres) tenían un 67 por ciento menos de probabilidades de desarrollar un cáncer de mama, en comparación con las mujeres que favorecían los carbohidratos refinados. Los carbohidratos refinados incluyen muchos artículos horneados, el pan blanco y las papas blancas.

Respecto al riesgo de cáncer de próstata, los hombres que bebían jugos o refrescos azucarados de forma regular tenían más de tres veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad, frente a los hombres que evitaban esas bebidas, mostraron los hallazgos.

Eso no prueba que las bebidas dulces contribuyan directamente al cáncer de próstata, reconoció Makarem. Pero dijo que muchos estudios han implicado a las bebidas en los riesgos de obesidad y diabetes tipo 2, así que hay otros motivos para reducirlas.

“Además, es un cambio fácil de hacer en la dieta”, planteó Makarem.

La Asociación Americana de las Bebidas (American Beverage Association) criticó los hallazgos.

“Los autores de este resumen de estudios reconocen que sus hallazgos no muestran que las bebidas provoquen ninguna enfermedad”, señaló el grupo en una declaración. “Además, el estudio se limitó a un grupo demográfico que no refleja a la población de Estados Unidos”. (La mayoría de los participantes del estudio eran blancos).

La asociación de bebidas también dijo que la Sociedad Americana Contra El Cáncer cita múltiples factores de riesgo potenciales para el cáncer de mama, de próstata y de colon, de forma que señalar a la dieta es difícil. El grupo también comentó que dado que el estudio no se ha publicado en una revista revisada por profesionales, “hay muy pocos detalles del estudio disponibles”, y por tanto sacar conclusiones firmes es difícil.

Pero según los investigadores las bebidas azucaradas no fueron el único factor importante de la dieta. El riesgo de cáncer de próstata también aumentó entre los hombres cuyas dietas en general tenían una “carga glucémica” alta, lo que, según Makarem, básicamente significa que comían muchos carbohidratos refinados.

El estudio también implicó las “comidas procesadas para el almuerzo”, como la pizza, los fiambres y las hamburguesas. Los hombres que comían esos alimentos cuatro o más veces por semana tenían el doble de probabilidades de desarrollar un cáncer de próstata que los hombres que no los comían más de una vez por semana, hallaron los investigadores.

Según McCullough, es difícil saber si ciertos alimentos en sí contribuyen a los cánceres de mama o próstata, o si, por ejemplo, los verdaderos culpables son el consumo total de calorías y el aumento de peso.

Pero la moraleja, según Makarem, es que los alimentos enteros “de alta calidad” son en general una opción más saludable que los procesados.