Precio y sabor: las dos razones para comprar en temporada. (Para Spectrum Health Beat)

Llegó el momento de apreciar en la playa los castillos en la arena; de los paseos por el bosque, de las bebidas refrescantes en el patio, y por supuesto, de la fantástica comida fresca.

En la mayoría de los lugares crece comida todo el año, pero en la región centro-occidente del país, la agricultura resplandece durante las temporadas de primavera, verano, y otoño.

Los restaurantes del área no tardan en anunciar platillos con frutas y verduras cultivadas localmente.

¿Por qué resulta de interés? Aunque parezca novedoso eso de comer lo local según la temporada, esta práctica ofrece más beneficios que lo que supone simplemente ser la moda.

Las dos razones de peso para comer según la temporada: sabor y precio.

Las frutas y verduras están en el apogeo de su sabor cuando se recogen al punto de madurez. ¿Alguna vez ha mordido un tomate recién cortado del jardín, por ejemplo? No hay más que decir…

En cuanto al precio, cuando una fruta o verdura en particular está en temporada, típicamente su disponibilidad es abundante. Los pepinos fuera de temporada, por citar un ejemplo, pueden costar hasta un dólar. Pero cuando están en temporada se pueden comprar hasta cinco por un dólar.

Y ni hablar de las moras—todas sabemos lo caro que pueden ser cuando están fuera de temporada.

Al comprar a granel durante el verano, usted puede ahorrar un montón. Mejor aún, visite una quinta donde usted pueda cosechar su propia fruta. Aproveche la ocasión y saque a los pequeños, invite a los abuelos, a las sobrinas o primos. Así tendrán oportunidad de quemar energía y de disfrutar un delicioso bocadillo—además de que jamás olvidaran la experiencia.

Hablo por experiencia propia de hecho. Mis abuelos tenían una quinta donde aún habitan algunos de mis recuerdos favoritos en familia. Ahora como madre de tres, es para mi prioridad invitar a mi trio a estas aventuras gastronómicas. Se emocionan tan solo de saber que la tarea implica a su grupo favorito de comida: ¡la fruta!

Ya sea que opte por las cerezas, fresas, manzanas, peras o duraznos. Le garantizo que habrá de repetir la ocasión una y otra vez.

Mentalidad de calendario

Todos podemos echar mano del incentivo y la inspiración adicionales para ayudarnos a consumir más frutas y verduras.

Pero, ¿por dónde empezar? ¿En dónde puede usted encontrar productos de temporada? Y, ¿qué debería usted comer?

Entre mayo y octubre es relativamente fácil determinar la temporada. Todo lo que tiene que hacer es visitar al mercado en ruedas local «farmers market, en inglés». También puede inscribirse a un grupo que comparte los productos de una quinta o de agricultura apoyada por la comunidad, en inglés, conocidos comúnmente como CSA.

Esta es una experiencia que nunca he de olvidar: mi primer año como participante de una CSA. (Si el término es nuevo, la CSA es un programa en el cual usted puede comprar en una quinta y compartir por la temporada y, a cambio, la quinta comparte con usted una porción de su cosecha con usted).

Como una mujer recién comprometida, había estado cocinando con la esperanza de impresionar a mi galante prometido. Fue una pena para mí encontrar dos verduras ajenas en nuestra entrega de CSA esa primera temporada, ambas parecían más raíces que comida. Después de buscar en Google, determiné que en realidad eran raíces comestibles: apio nabo y colirrábano.

Luego de haber buscado un poco más y llamar a mi madre, encontré la esperanza en unas cuantas recetas.

Ya sea que elija unirse a un CSA o visitar el farmers market, usted aprenderá la lista de productos disponibles cada temporada.

Y cuando el sabor y el precio no son suficientes para inspirarle a comer más frutas y verduras, la creatividad ciertamente le será atractiva.

He aquí algunas sugerencias para incorporar productos de temporada en la alimentación familiar:

Primavera

Al visitar el mercado en primavera no se puede evitar ver los tallos de ruibarbo. Si bien la mayoría lo incluiría en un pastel, a mí me gusta mezclar las cosas un poquito.

Hace poco hice cátsup con el ruibarbo para darle un poco de sazón a mi hamburguesa vegetariana. Más tradicionalmente, lo he utilizado para hacer salsa para chuletas de cerdo.

¿Recuerda el loco colirrábano que mencione hace rato?  Aunque parezca extraño, le aseguro que estuvo sorprendentemente delicioso.

Ahora, cuando aparece entre mis víveres el colirrábano, lo desmenuzo para hacer un aderezo y lo pongo en un platillo de verduras, o bien hago lo de siempre con las raíces y la echo a la parrilla. (Lea con atención los consejos de invierno para aprender otras deliciosas tácticas).

Verano

Si visita el farmers market entre junio y agosto, las opciones son un arcoíris que le saludaran: ejotes frescos, fresas, verduras resplandecientes, calabacitas, tomate Heirloom, pepinos, betabel, frutos con hueso, cerezas ricas y oscuras entre otros.

Cuando se trata de verduras frondosas, he adquirido una reputación de ser berza-céntrica. Estas verduras vienen cargadas con poder nutritivo, combate el cáncer, y además dura mucho tiempo cuando se hacen ensaladas que se preparan con mucha anticipación—la col rizada no se marchita por días a la vez—y además es sorprendentemente deliciosa.

Yo utilizo la col rizada para todo tipo de ensaladas  y platillos. Mi combinación favorita consta de aderezo vinagreta hecho en casa, nueces tostadas, aguacate picado, fresas y un poco de pollo a la parrilla o garbanzos. Honestamente, usted no va a fallar si pone a prueba su creatividad cuando se trata de las ensaladas con col rizada.

Otoño

Cuando termina el verano— ¡Dios guarde la hora!—los productos frescos aun están en temporada. Calabazas, papas, productos artesanales incluyendo las conservas; miel, productos horneados, y panes están disponibles en abundancia.

Con la remolacha (betabel) en su máximo esplendor, usted ciertamente necesita invitar a estos tubérculos profundos en su cocina.  Utilícelos para incluir un matiz marrón a la ensalada de remolacha y zanahoria, o hágalas papilla para preparar un humus color de rosa.

También puede rostizarlas en el horno simplemente, o bien puede utilizarla como crema batida para unos deliciosos pastelillos de chocolate. Usted puede encontrar todo tipo de deliciosas recetas en internet.

Invierno

Lo dije antes y lo diré una vez más: aproveche y caliente el horno durante los frios días de invierno para asar sus verduras. No solo va a servir como chimenea improvisada en su cocina, también transformara su textura y sabor.

Tome por ejemplo el brócoli y la coliflor. Crudos son generalmente crujientes y amargos, pero una vez asados son casi dulces, gracias a la caramelización. Además la textura le sorprenderá. La coliflor casi se derrite en su boca. El brócoli puede convertirse en una flor crujiente al interior que es generalmente suave.

Acompañados con aceite de olivo, hierbas y especias, este tipo de verduras pueden ser tan adictivas como las botanas para antes de la cena.

Me gusta echar las verduras de invierno que tengo a la mano con un poco de aceite de oliva, romero y tomillo antes de arrojarlas en mi horno a 450 grados, o en una bandeja para ornear si las deseo más crujientes.

SI nunca antes había asado verduras, comience su experimentación con coliflor, coles de Bruselas, zanahorias, chirivía, camote, papa roja, nabo sueco, cebollas, y calabaza de invierno. En serio: salen buenísimas.

Una búsqueda rápida en internet le puede llevar a encontrar fascinantes recetas para asar calabacitas, que también pueden usarse para ensaladas. (Un consejo de preparación: Esta calabacita puede servirse en una cama de col rizada con queso de cabra, para después derretirse sobre la hoja y convertirse en un aderezo cremosito y delicioso).

¿El mensaje principal? Deberia usted de aprovechar los productos frescos que cada temporada ofrece.

Permita que la Madre Naturaleza sea su guía.